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Bienvenido al blog de Julia Jiménez Hens

domingo, 14 de junio de 2015

Cuando alguien juzgue tu camino, préstale tus zapatos.
Lo más probable es que haya proyectado en ti sus propios defectos, sin antes, haberse puesto en tu lugar con respeto y humildad.
Habitualmente, son las personas con una baja autoestima las que más juicios equivocados suelen emitir. Cuando una persona no se acepta a sí misma de modo incondicional, tampoco puede aceptar a los demás de la misma forma. Es rígida, perfeccionista y enjuicia de un modo casi arbitrario.

Antes de juzgar, deberíamos aceptarnos a nosotros mismos de modo incondicional con nuestros defectos y nuestros talentos. Cuando alguien trabaja en su perfeccionismo y en la aceptación de sí mismo, eleva su autoestima, y será entonces, cuando cambiará su forma de relacionarse consigo misma y con el resto del universo.
Antes de decidir sobre la vida de los demás, deberíamos tratar de indagar y corregir sobre la nuestra. Recordemos que para poder amar y ayudar a los demás, necesitamos aprender antes a amarnos incondicionalmente a nosotros mismos.

Recuerda: Nadie puede dar lo que no tiene; y es siempre más fácil ver los defectos de los demás que los propios, pero esto es sólo porque es más sencillo detectar en los demás un indicio de lo que ya hay en nosotros mismos.

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