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Bienvenido al blog de Julia Jiménez Hens

viernes, 30 de agosto de 2013

lunes, 19 de agosto de 2013



Antes solía pensar que la edad y la madurez iban de la mano. Pensaba que cuanto más tiempo llevabas vivo, más errores habías cometido y por lo tanto, más habías aprendido. Por eso, de pequeña siempre respetaba a la gente mayor que yo, porque estaba segura de que ellos sabían más que yo y que yo era aún muy ignorante. Según iba creciendo comencé a darme cuenta de que estaba equivocada. Esperaba encontrarme cada vez con gente más madura y sin embargo esto no fue así.
La madurez no va con la edad, si no con la capacidad de aprendizaje. La madurez va de la mano de la humildad, porque sólo una persona que humildemente reconoce que no sabe algo o que se ha equivocado, solo esa persona puede aprender. La madurez va de la mano de la ilusión por vivir, y por ser mejor persona.
Todavía me entristece encontrar personas mayores que tienen una clara falta de madurez moral, social o emocional... Siento lástima porque me doy cuenta de lo mucho que podrían disfrutar de la vida con todos esos años de experiencia si tan solo se decidieran a admitir que pueden estar equivocados, que pueden aprender de los demás.



domingo, 18 de agosto de 2013


Paso y repaso cada sensación, cada pensamiento, cada idea.
Me centro en mi mente. La escucho, o trato de escucharla. Razono y busco una lógica, un hilo de razón, un motivo... un argumento que aparentemente me haga sentir cuerda. Siento que lo tengo, que puedo poner orden, que todo está en su sitio. Siento algo de control dentro de mi caos, y de pronto...
De pronto salta esa chispa y noto de nuevo esa sacudida que me electrifica, que azota cada nervio de mi cuerpo con calambres. De nuevo una ola de energía recorre mi cuerpo, y lo sacude, y me deja completamente fuera de lugar, fuera de juego, fuera de mi ser. Me quita la esencia y me siento indefensa, perdida, incapaz de defenderme... pero al mismo tiempo extremadamente viva y sensible.
Y me arrancas el alma, pero al mismo tiempo me llenas de vida.
Comienzo a ser consciente de que mi razón se ha dormido, y mi lógica ha espirado. Ya no existen las explicaciones ni hay lugar para la convicción... ahora sólo puedo sentir y hacerte sentir.
¿Dónde está la mente cuando mis sentidos entran en ebullición? Cuando las palabras se desvanecen, las frases se vuelven tartamudas y mi mirada se pierde en tus ojos... ¿Dónde quedan mis ideas y mis principios cuando mi alma comienza a agitarse? Mis neuronas se colapsan y mi cuerpo se bloquea, y sólo puedo sentir una arrolladora sensación que me estremece y ante la que no puedo hacer nada. Ante la que no puedo hacer nada.
Y noto cómo mis pupilas se dilatan y mi pulso se acelera. Los pelos de punta, la sangre galopando... y yo solo puedo perderme en tu pensamiento.

Me estoy quemando, pero... ¿qué va a ser de mi si entro en ebullición.?

¿Qué va a ser de mi?




jueves, 15 de agosto de 2013


Amo tener un cuerpo




Nuestro planeta es increíble, admirable, grandioso, impresionante... único.
No hay ningún otro así, no con una vida tan maravillosa, basada en el carbono. No que sepamos.
Somos muy afortunados. ¿Qué digo?... ¡super mega afortunadísimos! En serio, es una suerte.
Es una suerte increíble que se den las condiciones exactas para que se de vida, y para que podamos existir.
Dependemos de las plantas, los animales, la tierra, el agua... incluso de la temperatura, la salinidad del mar... y mil variables más. Y sin embargo, se dan todas, y en su justa medida.


Doy gracias a la vida porque me ha dado capacidad intelectual, y puedo pensar y razonar, decidir, entender... ser libre, y tomar mis propias decisiones. Mil gracias.
Doy gracias a la vida por la educación que he recibido y sigo recibiendo, por la cultura que ahora poseo, y la que aún tendré que poseer. Por mis conocimientos, por las lecciones que he aprendido y las que aprenderé.
Doy mil gracias a la vida por todo lo que me he pasado, por todo. Mil gracias a la vida por las cosas buenas, los momentos tiernos, felices, románticos, alegres, divertidos, sensibles... por todos; y por supuesto también, por los malos, porque he aprendido de ellos, y lo más importante, porque me han enseñado a agradecer todo lo demás.
Doy gracias a la vida por el color, porque adoro el color; porque llena de vida todo, porque me permite jugar y divertirme... Gracias.
Doy mil gracias a la vida por todo; porque es lo más grande que tengo, lo más importante, lo único y todo a la vez.
Gracias vida, de todo corazón.