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Bienvenido al blog de Julia Jiménez Hens

viernes, 13 de marzo de 2015



Andaba por el desierto de Mojave en un día maravilloso preocupándome de mis asuntos. De repente, ¡oh, Dios mío! Hay una serpiente de cascabel verde y gorda del desierto de Mojave delante de mí ¡Y casi la piso! No había nadie a millas a mi alrededor y eso podía significar sufrir una muerte dolorosa y lenta si me picaba. Mi corazón latía tanto como para salírseme del pecho. Me sudaban las cejas y estaba paralizada de miedo. Pero entonces, no sé cómo ocurrió, mis ojos empezaron a enfocar bien: volví a mirar a la serpiente y milagrosamente pude ver. ¡Es una cuerda! ¡La serpiente es una cuerda! Caí al suelo y empecé a reír, a llorar y a comprenderlo. Tuve incluso que golpearla para cerciorarme.
¿Qué había ocurrido? Sólo sabía una cosa: estaba a salvo. Sabía que podía pisar esa cuerda durante mil años y no volver a tenerle miedo nunca. Sentí tanta gratitud y alivio. El mundo entero podía acercarse a esa serpiente, gritar, salir corriendo, tener infartos y asustarse de muerte, pero yo podía quedarme a su lado sin miedo y divulgar las buenas noticias. Podía entender el miedo de la gente, ver su dolor, escuchar sus historias sobre por qué la realidad es una serpiente, y sin embargo no habría forma de que pudiese creerles o asustarme de esa cuerda. Había llegado a la simple verdad: la serpiente es una cuerda.
No importa cuán asustado estés o cuán miserable te sientas, lo importante es que empieces a cuestionar los pensamientos que hay detrás de tu infelicidad. Hay algo que estás tomando por una serpiente de cascabel y que en realidad es una cuerda. Las confusiones sobre las relaciones son todas variaciones del mismo miedo: que no vas a sobrevivir o a ser feliz sin la aprobación o el amor de otra persona, o que si no estás trabajando veinticuatro horas al día para agradar a tu jefe, esposa o colega, las cosas se derrumbarán. Hay una forma distinta, menos desesperada y más sencilla, para conseguir el amor.


La realidad es siempre más amable que las historias que nos contamos sobre ella.

jueves, 5 de marzo de 2015




Elastic heart.





Un pensamiento resulta inofensivo a menos que nos lo creamos. No son nuestros pensamientos, sino nuestro apego a ellos, lo que origina nuestro sufrimiento. Apegarse a un pensamiento significa creer que es verdad sin indagar en él.
La realidad es siempre mucho más amable que las historias que nos contamos a nosotros mismos sobre ella.

Desde siempre, la gente ha intentado cambiar el mundo a fin de ser feliz. Esto nunca ha funcionado porque aborda el problema en el orden contrario. Tal vez la solución esté en cambiar el proyector (la mente) en lugar de intentar cambiar lo proyectado (nuestra percepción de la realidad). Es como cuando hay un fragmento de polvo en la lente de un proyector. Creemos que hay una imperfección en la pantalla e intentamos cambiar a quienquiera que sea sobre quien recaiga la imperfección. Pero intentar cambiar las imágenes proyectadas constituye un esfuerzo inútil. Una vez que comprendemos dónde está la mota de polvo, podemos limpiar la lente, y nos damos cuenta de que el mundo, la realidad, es perfecta como es y que el defecto estaba en la forma de interpretarla.

¿Y si nos dedicáramos a cuidar de nuestros pensamiento en lugar de sufrir por una realidad ilusoria?


Con frecuencia estamos bastante seguros sobre lo que otras personas necesitan hacer, cómo deberían vivir y con quién deberían estar. Cuando se trata de otras personas, tenemos una visión clara, pero no sucede lo mismo con nosotros mismos. 
Con el tiempo, llegas a ver que todo lo que está fuera de ti es un reflejo de tu propio pensamiento. Comprendes que la realidad no es una sola, única y exacta, sino que tú eres el narrador de tu propia historia, el proyector de todas las historias, y el mundo es la imagen proyectada de tus propios pensamientos.