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Bienvenido al blog de Julia Jiménez Hens

lunes, 27 de mayo de 2013


Agradecida



En el momento que comprendo que debo amar la realidad como es, sin los debería o no debería, la vida se convierte en un lugar maravilloso en el que estar.
Nunca hay nada que vaya mal en la vida. Permítete disfrutar de la realidad de las circunstancias en vez de imaginar de qué forma crees que deberían haber sido. 
Hay dos formas de vivir una circunstancia presente, vivirla enfadado y discutiendo con la realidad, o vivirla amando la vida, aceptándola como se presenta. No hay más.
No estoy haciendo apología del conformismo, ni mucho menos. Podemos cambiar las cosas y evolucionar, y es maravilloso tener inquietudes, pero no podemos saber con certeza lo que nos deparará el futuro. Lo que si sabemos es lo que tenemos en el presente, que es el que es, no hay más... y por mucho que lloremos, gritemos, recemos o tratemos de hacer magia... el presente es como es. Es la realidad. 
¿Qué sentido tiene enfadarse y discutir con la realidad? 
Me gusta aceptar la realidad, no digo que esté de acuerdo con todo lo que sucede en el mundo, pero trato de aceptarlo. Y aunque no la aceptara, ¿en qué cambiaría eso las cosas? La realidad seguiría siendo la misma... ¡la realidad no está para mi acuerdo ni mi aprobación! De modo que... ¿qué sentido tiene sufrir inútilmente? Creo que aceptando y amando cualquier circunstancia actual soy una persona mucho más calmada, feliz y completa; y consecuentemete, soy más capaz y más eficaz a la hora de solucionar cualquier conflicto o lograr un objetivo o reto personal.
Cuando discuto con la realidad pierdo, ¡pero solo el 100% de las veces!
¿Por qué tendemos a enfadarnos y pensar "debería haber hecho esto", "esto no debería haber ocurrido"? ¿Cómo sabemos lo que debería o no debería ocurrir? ¿Bajo qué criterio creemos saber lo que es mejor para nosotros y el resto de la humanidad? Oh Dios, ¿¡cómo podríamos saberlo!?
Lo que debería ocurrir es lo que ocurre, ¡por eso ocurre!
¿Y si simplemente nos limitáramos a amar la realidad como es? 
¿Qué prefieres, tener razón o ser libre?

Soy una amante de la vida, de la realidad, de lo que es... no porque sea una persona espiritual, sino porque cuando discuto con la realidad, sufro.
Prefiero amar y ser feliz.

viernes, 24 de mayo de 2013

Rescatando reflexiones pasadas





En las temporadas en las que te sientes inspirado y te preguntas el porqué del momento y de su intensidad crees que eres capaz de llegar a apreciarlo y disfrutarlo, aunque tan sólo el disfrute llega a su máximo estado mientras que la apreciación roza los límites de la mediocridad y la indiferencia, aun cuando parece eterna e infinita.

Sin embargo, sólo cuando te ves seco en materia de pensamientos y sensaciones, sólo cuando estás menos vivo que las mareas vivas de mayor amplitud es cuando entiendes tu escasa apreciación. Es entonces cuando lees, escuchas, miras, conversas, observas, atiendes... buscas el clímax de la experimentación. Entiendes que las sensaciones son lo máximo y tus nervios están paralizados, sin entender, sin atención, sin necesidad.

Se enciende una inquietud en tu despertar, y aunque sabes que no te quitará el sueño, eres consciente de su importancia y de la necesidad que su retorno conlleva. Recuerdas en ese momento que tú eres una persona sensible y dependiente de la sensibilidad ajena, y concluyes que sólo la reflexión y la apreciación te devuelven a tu estado de autenticidad, a la verdadera felicidad.

He echado de menos a mi conciencia, a sus reflexiones y sus conclusiones, pero sobre todo he echado mucho en falta nuestra complicidad. Nuestra búsqueda incansable de la felicidad.

Te quiero cosmos, pero antes he de quererme a mi misma.



Me alegro tanto de todo lo que he sido, poco a poco todo ello ha ido formando mi esencia.
Es bello crecer, madurar y aprender errando.

miércoles, 22 de mayo de 2013


Y ahora que he visto la realidad y la he aceptado como es, puedo amarla y disfrutarla.
Estoy en calma. Feliz, serena... en mi sitio.

El Mundo está hecho para ser amado.

miércoles, 15 de mayo de 2013



Últimamente me duele el alma, con intensidad, como solía hacerlo. Es una cuestión existencial, muy humana. 
Estoy volviendo a pensar demasiado, a exigirme demasiado a presionarme demasiado.
La verdad es que estoy locamente enamorada de la vida, lo he dicho y lo diré siempre... y no dejo de estarlo. Pero a veces se me olvida enamorarme un poquito más de mi.
Todos tenemos nuestros defectos, nuestras imperfecciones, nuestras quebraduras de cabeza.
Yo, como todos, tengo momentos. Durante una época llegué a convencerme de que puedo ser plenamente feliz, de que el sufrimiento es un concepto mental, una invención humana; y estoy segura de ello.
Sé que el dolor es absurdo, innecesario, y consecuencia de una frustrante discusión con la realidad. Lo sé. Y aún así últimamente me da por discutir y por sufrir.
Tengo un poquito de miedo, sólo un poquito, no es pánico ni terror como solía serlo por aquel entonces, pero no deja de ser un miedo muy impropio en mi. Yo no soy así. No es que yo sea super valiente y no conozca el miedo, muy al contrario, he aprendido a sacar siempre una enseñanza positiva de cada caída, y le he perdido el miedo a caerme.
Los cambios me asustan, pero incluso llegué a aprender de ellos. En realidad considero que la vida es un aprendizaje constante, y me encanta. Amo aprender. Disfruto aprendiendo.
Pero sin embargo, a pesar de que sé que mi alma y mi espíritu tienen un valor incuantificable, lo olvido con mayor frecuencia de la que debería. Y no puede ser. No puede ser. No puedo permitirlo.
Supongo que por eso escribo sobre ello, para darle la importancia que merece, porque debo respetarme y amarme siempre. Porque mi valor reside en lo que soy, como ser humano, y no en la falsa imagen que a mi mente hiperactiva le da por inventarse.
Surgen tantas preguntas en mi cabeza cuyas respuestas ya conozco...
De hecho ya he vivido todo esto antes, y aprendí de ello, y me hice más fuerte. 

Yo no soy esa persona que a veces creo ser. No tengo nada que demostrar. Amo vivir y disfruto amando.

Me quiero, me valoro y me aprecio.
Todos los días, sin excepción.

(Dios, como necesitaba decirme esto a mi misma)


domingo, 12 de mayo de 2013



El día que descubrí que vivir es tan bonito, que no podía dejar de llorar de felicidad.

Los pensamientos de dolor o de incomodidad de cualquier tipo no pueden ser causados por otra persona .
Nadie excepto yo puede herirme. No hay otra posibilidad. Solo resulto herida cuando creo un pensamiento estresante. Y soy yo quien me hiere al creerme lo que pienso. Esto son muy buenas noticias, porque significa que no tengo que conseguir que otra persona deje de herirme.

Yo soy quien puede dejar de herirme. Está en mi mano. 

Pensar que la gente debería hacer o ser algo distinto 
a lo que realmente hacen y son, es como decir que el árbol 
de allí en frente debería ser el cielo.

Yo investigué eso y encontré la libertad.

miércoles, 8 de mayo de 2013


Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras,
cuida tus palabras porque se volverán actos,
cuida tus actos porque se harán costumbre,
cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter,
cuida tu carácter porque forjará tu destino...
y tu destino será tu vida.

Mahatma Gandhi





They would be as in love with you as I am

miércoles, 1 de mayo de 2013







Soy salvaje porque mi fuerza no puede medirse, 
mi físico no puede definirme,
mis límites no pueden establecerse,
y mi amor es incuantificable.



Solemos creer que erramos decisiones; es como si pensáramos que ahora somos más listos que antes, como si tu yo del pasado no hubiera valorado todos los pros y los contras.
No hay que desanimarse por las decisiones equivocadas que uno toma. Debes confiar en tu yo antiguo. Ciertamente tu yo con quince años pudo equivocarse por no estudiar aquella asignatura o tu yo de veintitrés por ir a aquel viaje o tu yo de veintisiete por aceptar aquel trabajo. Pero fuiste tú quien las tomó y seguramente dedicaste un tiempo en tomar la decisión. ¿Por qué crees que ahora tienes derecho a juzgar lo que él (tu yo antiguo) decidió? Acepta quien eres, no tengas miedo de ser la persona en quien te has convertido con tus decisiones. 

Me encanta fiarme de mi yo joven, me encanta vivir con el resultado de las decisiones que tomó.

Albert Espinosa



Disfruta


En el deporte, como en la vida, no están los que pueden y los que no pueden.
Están los que pueden y lo saben, y los que pueden y no lo saben.

La gran diferencia entre lograr tus metas y no lograrlas está en ignorar el miedo y confiar en tus capacidades.