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Bienvenido al blog de Julia Jiménez Hens

domingo, 3 de mayo de 2015

Madre


Madre:

No te necesito, te prefiero.
Con esto quiero decir que la única persona a la que necesitamos para vivir es a nosotros mismos. Y yo, en pleno derecho de usar mi libertad emocional, si pudiera elegir a mi madre una y otra vez en cada vida que tuviera, volvería elegirte a ti para estar a mi lado, cuidarme y enseñarme.

No sé si te querré toda la vida de la misma forma en que lo hago ahora, no sé si lo haré con la misma fuerza y con la misma intensidad siempre, ni si te admiraré como lo he hecho en muchos momentos... pero lo que sí que sé es que ahora mismo, mamá,  te prefiero sobre ninguna otra.
No ocupas mi mente cada segundo, pero sí que vas siempre conmigo a donde voy (aunque sea en el Whatsapp jejeje ). No eres mi primer pensamiento al despertar, pero eres la primera persona a la que recurro cuando quiero compartir una alegría o una tristeza. No tienes todas las respuestas, pero me guías y me animas a formularme las preguntas adecuadas. No eres perfecta, pero me cuidas, me proteges y me guías con el amor más puro y sincero que conozco. Tal vez no siempre lo hagas bien, pero siempre has querido lo mejor para mi y tus actos han sido siempre desde la mejor y la más bella de las intenciones.

Yo soy yo y tú eres tú. Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas y tú no estás en este mundo para cumplir las mías. Yo soy yo… Un ser completo aún con mis carencias. Tú eres tú… Un ser completo aún con tus carencias. Pero junto a ti crezco y aprendo día a día, y sobre todo, soy muy muy muy feliz. Mucho. No sabes cuánto.

Somos capaces de no cuestionar nuestras diferencias y de celebrar juntas nuestros logros y nuestros fracasos (que los fracasos también se celebran; ambas sabemos que a veces se gana y aveces se aprende). Somos capaces de caminar la una junto a la otra como maestra y alumna, como amigas, como madre e hija, como cómplices de la vida... y nuestro amor y cariño es mutuo, respetuoso, y me atrevería a decir que si este amor no es puro, dudo que exista nada más divino y sagrado en este mundo.

Dejo de buscar la felicidad fuera cuando soy capaz de verme y reconocerme a mi misma, en mi esencia. Cuando me acepto como soy, sin condicionantes. Soy feliz cuando me veo caminando por mi propio pie, por mi misma, para mi misma. No tratando de agradarte con mi caminar, no esforzándome por seguir tus mismos pasos... sino siendo consciente del regalo que es caminar y avanzar junto a ti, tal y como eres tú, tal y como soy yo, paseando felices, con nuestras semejanzas y diferencias, cogidas de la mano.

Te quiero con toda mi mente, mi conocimiento, mis ideales, mis expectativas, mis miedos, mis experiencias... y todo mi corazón.

 No te necesito, te prefiero.
Mamá, te quiero.

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