El pensamiento compulsivo es como una adicción porque sientes que no tienes opción de dejarlo y te da una falsa sensación de placer que se convierte inevitablemente en dolor.Esto es porque identificamos lo que pensamos con lo que somos. Es decir, creemos que si dejásemos de pensar, dejaríamos de ser.
Nuestro ego o yo fantasma es nuestra actividad mental, y sólo aparece cuando el pensamiento es constante. Para el ego no existe el presente, sólo da importancia al pasado y al futuro, que además no existen. Es decir, el ego funciona cuando se produce una inversión total de la verdad.
Siempre está tratando de mantener el pasado vivo, porque ¿quién serías sin él?, y se proyecta constantemente en el futuro para alcanzar una falsa sensación de liberación o satisfacción cuando te dice: "Algún día, en algún momento, cuando consiga esto o lo otro, seré feliz, estaré bien, en paz".
El momento presente contiene la clave de la liberación.
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