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Bienvenido al blog de Julia Jiménez Hens

domingo, 17 de mayo de 2015


Me estoy reponiendo por mí misma, tratando al cuerpo con muchísimo amor, cariño, suavidad, respetando mi sensibilidad. He aprendido que mi sensibilidad debe ser respetada por mi misma en primer lugar. Porque también somos un cuerpo y de su bienestar depende la calidad de nuestra experiencia vital.
Los sistemas naturales de sanación y regeneración de nuestro organismo sólo se activan cuando estamos relajados. Cuando algo activa nuestra respuesta de estrés todos los mecanismos de renovación y curación de nuestro cuerpo quedan disminuidos, al igual que nuestro sistema inmune, y nuestra capacidad de asimilar los nutrientes. Es por esto que he entendido que si lo que sana mi cuerpo es una respuesta de relajación, no puedo agredir a mi cuerpo en modo alguno, ni tampoco sobreestimularlo. Sin embargo, todo lo que tiene que ver con la suavidad, con el cuidado, con el amor, con escuchar al cuerpo, con fluir con la vida... eso es lo que me mantiene viva, sana y feliz.
Crear ese espacio en el que, de manera natural, nuestro cuerpo y mente puedan reorganizarse de una manera más saludable y tender de nuevo hacia el bienestar, la paz y el equilibrio.
La confianza en los otros no debe hacer que desconfíe de mi propio criterio, de mi intuición y de los mensajes que mi cuerpo me envía, puesto que yo soy la única autoridad en mi vida.
¿Existen lugares de mi vida en los que estoy confiando más en la voz de los demás que en mi propia voz? ¿Estoy confiando mi bienestar a otros en lugar de escuchar la voz de mi propio cuerpo? ¿En qué lugares de mi interior estoy siendo violenta conmigo misma?
Y una vez que me planteo estas preguntas, paro, me escucho, y trato de tomar conciencia... toca hacer de este conocimiento algo real en mi vida pasando a la acción, porque la toma de conciencia sin acción no cambia nada. Abandonar hábitos, costumbres y entornos que hacen daño con la promesa de que lo hago por mi salud y por mi bien.

Date permiso para cuidar de ti con una amabilidad y un amor que te sorprendan. Disfruta y emociónate queriéndote y mimándote, porque tú eres tu posesión más valiosa.

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